Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://anniesoet200743.blogozz.com/37464438/la-historia-detrás-del-gesto-de-zidane-en-2006